El de socorrista es uno de los trabajos más envidiados del verano. Que te paguen por estar sentado a la sombra, a la orilla de la piscina, libro en mano… Quién no ha oído alguna vez, en los meses de verano, retahíla semejante de argumentos sobre la vidorra de los socorristas. Y si bien son falsos, es verdad que se trata de un trabajo agradable, bien remunerado y con salidas profesionales que van más allá del control de los bañistas en verano, lo que hace que en los últimos años haya aumentado el número de personas que han decidido hacer el curso de Atención Sanitaria Inmediata que capacita, entre otras muchas opciones, para ejercer como socorrista.
Esta titulación no es la única pero sí una de las más completas, ya que además de como socorrista, capacita para ejercer como miembro de organizaciones de actividades al aire libre, responsable en excursiones, trabajador en parques de atracciones y temáticos, voluntario en organizaciones sociales, educativas o sin ánimo de lucro, etc.
Lo primero, antes de decantarte por formarte como socorrista, es que tengas en cuenta dos cosas. Primero, que necesitas contar con un buen estado físico y psicológico. Segundo, que, como todas las profesiones de la rama de la atención sanitaria, conlleva unas responsabilidades, ya que en caso de accidente, el bienestar, e incluso la vida, de una persona puede estar en tus manos.
Si aún así deseas formarte en esta área, existen cursos específicos que capacitan para trabajar como socorrista en piscinas e instalaciones acuáticas u otras titulaciones, como el curso de Atención Sanitaria Inmediata que mencionábamos arriba y que capacita para saber cómo actuar en situaciones de urgencia, como ante politraumatismos y urgencias cardiorespiratorias, cardiovasculares o digestivas; prepara para curar heridas diversas; ofrece nociones de toxicología; y permite conocer las principales urgencias pediátricas, obstétricas y ginecológicas.
Pero, ¿puede cualquiera ser socorrista? Para empezar, debes tener unas aptitudes físicas que van desde la buena forma general a la ausencia de enfermedades. Como requisito previo a la inscripción de cualquier curso de este ámbito suele exigirse un certificado médico oficial que asegure que la persona no padece ninguna enfermedad infecto-contagiosa y un examen que demuestre que se encuentra en condiciones físicas que le permiten practicar pruebas de máximo esfuerzo fuera y dentro del agua.
En cuanto a la formación que se ofrece, incluye conocimientos en primeros auxilios y soporte vital básico, anatomía, fisiología, aspectos médicos, psicología, respuesta en emergencias y situaciones de riesgo vital, teoría y principios de salvamento... aunque también debe tener algunas nociones en temas de legislación, responsabilidad y ética profesional. La otra parte importante es, lógicamente, la formación acuática.
Pero la teoría deberá ir acompañada de la superación de un examen práctico con varias pruebas físicas, normalmente las siguientes:
- 300 metros de nado a crol o braza (tiempo límite: 8 minutos).
- Rescate de una víctima; nadar 100 metros con aletas. Entrada al agua sin perder de vista a la víctima y colocación de las aletas; nado de aproximación durante 50 metros; recoger a la víctima inconsciente en el fondo; remolcarla con una técnica adecuada 50 metros (tiempo límite: 3’30 minutos).
- Remolque de víctima, 100 metros, nadando en cuatro estilos diferentes, cambiando de estilo cada 25 metros (tiempo límite: 4 minutos).
- Entrada en el agua tras el avistamiento de la víctima -en situación de distrés acuático-, 50 metros de nado libre para aproximación, toma de contacto adecuada, uso de un dispositivo flotante de rescate al tipo de víctima (DFR), su remolque en condiciones de seguridad durante 50 metros con técnica correcta (tiempo límite: 3’30 minutos). Después, extracción, valoración y actuación de RCP básica durante tres minutos (sobre un maniquí).
- Entrada al agua con avistamiento de la víctima. Nado de 50 metros + 15 metros de buceo. Recoger una víctima en el fondo de la piscina y realizar 35 metros de remolque (tiempo límite: 3 minutos).
Cualquier persona que ejerza como socorrista deberá renovar periódicamente su carné. En el caso de la Comunidad de Madrid, este reciclaje deberá hacerse cada dos años mediante un curso específico que acredite que el profesional mantiene las aptitudes que le hicieron conseguir esa acreditación.
Como ves no es tan fácil como parece cuando ves a ese socorrista paseando atento alrededor de la piscina, pero si te interesa, no dudes en informarte porque es una profesión muy agradecida.
Fuente: Centro Codesa
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