Si tu embarazo no es de riesgo podrás seguir entrenando siempre bajo la supervisión de un entrenador que sepa que ejercicios darte para no dañar tu organismo ni al futuro bebé que está por llegar. Piensa que siempre tendrás que tomarte los descansos que necesites para poder comenzar, haciendo que todo sea mucho más pausado.
La alimentación que deberás seguir junto con tu entrenamiento, deberá ser la adecuada y no restrictiva, algo que te explicarán una vez definan el entrenamiento que van a hacer para ti. Por norma general, siempre se basará en estiramientos, así como en todo tipo de series de yoga suaves que te permitirán mantener tu nivel de elasticidad sin poner en riesgo a tu hijo/a.
La meditación se intercala con las sesiones de entrenamiento haciendo que siempre tengas la oportunidad de sentir tu propia tranquilidad y también la sensación de que todo va a ir a la perfección en tu nueva vida.
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